jueves, 3 de julio de 2008

Crónica del deseo.

Hoy quiero pintarte de letras oscuras

llenarte de tinta carmina la piel

llenarme de tu brillo letal las pupilas

hasta que la luz me separe de tu abrazo sombrio.

Hasta que el placer como una fiera satisfecha

se agazape a dormir en mi corazon....

miércoles, 2 de julio de 2008

desempolvando...

que dificiles han sido estos ultimos dias. Gracias mil Ulysses tu apoyo ha sido muy importante para mi. Y a mis queridos amigos las puertas estan abiertas, ya espero la sombra de sus pasos sobre el dintel.

LA AÑORANZA SEGUN FREUD

Es curioso observar sus movimientos durante el sueño, como si no durmiera, la sonrisa de niño confiado, apartándose de la realidad de ser un empleado más entre los miles que existen en la urbe de la soledad. Mas para su desgracia, el grito premonitorio de alguien que se ahoga se repite y Abel abre los ojos sobresaltado. Los escalofrios acompañan al llanto , en ese sueño como en los otros Andrea desapareció en un mar revuelto mientras el la mira mudo de terror en la orilla de la playa.

Despues de retirar las sábanas humedas del rostro recordó a aquel viejito de anteojos verdes, las ultimas preguntas, la náusea:

-Lo que tienes Abel es sensacion de dessarraigo y demasiado estrés.-

-¿Y las manos mojadas de agua salada?

-Solo transpiracion, A ver cuentame que te imaginas-

Se imaginaba ese olor salobre, antes tan agradable, ese de la época adolescente y la forma que tenia Andrea de hacerlo feliz. Todo ese tiempo la recordó, canija escuincla mcon cuerpo de azúcar que se regaba en cualquier lado pero el tiempo destruye los amores, dejando solo el recuerdo en los rincones de su casa solitaria pensaba Abel mientras ponía los pies en el suelo. Tenía que ir a resellar, formatear, a llenar miles de detestables hojas amarillas y a preparar ordenes de desahucio para los deudores. En fin tenia que ir a trabajar.

El timbre.

Hace ya meses que no sonaba el timbre, la correspondencia se recibía por debajo de la puerta.

Esta la recibió en las manos. La ciudad de su infancia en el remitente.La abrió con premura.

Resultó ser de pocas líneas, un comunicado de personas extraviadas. Preguntaba por el paradero de Andrea, quien una noche con el corazón como una cáscara vacía salio corriendo y no regreso dejando en casa a tres hijos y a un hombre que no amaba. Segun los chismes del pueblo aquella aburrida ama de casa debio haber huido con un amante ocasional, pero sin haberlo visto Abel supo que se había perdido en el mar dejándolo tan infinitamente solo como la caracola en el fondo abisal. Hubiera querido seguirla hasta esa corriente de muerte, aunque se los hubiera tragado a los dos.
El silbido de la cafetera con el agua a punto de hervir lo sacó de su ensimismamiento y en ese momento miro su reloj, floreciendole una fatigada sonrisa en el rostro, porque en unas horas más aquel docto viejecito le ayudaria a vencer sus terrores de amor.