sábado, 15 de noviembre de 2008

Amor de un segundo ...

Ya decia Silvio Rodriguez, pero si vuelvo cansado, sucio de tiempo, sin para amor es que regreso del mundo, no del bosque, no del sol...

AMOR DE UN SEGUNDO

Apenas ella subió al vagon fue examinada minuciosamente por Alberto. El rojo clasico de sus labios fue el gancho perfecto. El azul de los jeans combinaba perfectamente con el cuerpo un tanto esmirriado. El rostro en óvalo perfecto tal vez un rastro de desesperación. Mira con in sistencia su reloj. Sólo bastó que ella sintiera el escrutinio de esos ojos para que levantara la mirada del tirano y de sus manecillas. Se encontraron de frente, a unos pasos tan solo, con un estremecimiento la piel, los ojos enganchados en los del otro. Todo sucedió en unos segundos.

A una velocidad inimaginable se aproximaron los dos cuerpos mezclandose, haciendose uno solo.

El accidente del tren descarrilado reportaba pocos sobrevivientes. El amasijo de cuerpos fue el testimonio de la muerte temprana de Alberto y de su amada desconocida, en una foto de la nota roja.

lunes, 11 de agosto de 2008

revancha...

Era muy feliz en ese entonces, encaramado en donde podia verse la luna y viviendo a bien de lo que pudiera hallarse en una ciudad grande y con tanta comida desperdiciada. Pero un día de descuido sus perseguidores lo alcanzaron y le dieron muerte.
Ahora cada mañana despierta en el cuerpo de un simio casi sin pelo, abotagado y con barriga prominente, que se calza las botas y el mono amarillo del trabajo, apresta la cuerda y es el terror de los perros callejeros del barrio , un cumplido trabajador del ayuntamiento que duerme en un cuarto sin ventanas, sin luna.

jueves, 3 de julio de 2008

Crónica del deseo.

Hoy quiero pintarte de letras oscuras

llenarte de tinta carmina la piel

llenarme de tu brillo letal las pupilas

hasta que la luz me separe de tu abrazo sombrio.

Hasta que el placer como una fiera satisfecha

se agazape a dormir en mi corazon....

miércoles, 2 de julio de 2008

desempolvando...

que dificiles han sido estos ultimos dias. Gracias mil Ulysses tu apoyo ha sido muy importante para mi. Y a mis queridos amigos las puertas estan abiertas, ya espero la sombra de sus pasos sobre el dintel.

LA AÑORANZA SEGUN FREUD

Es curioso observar sus movimientos durante el sueño, como si no durmiera, la sonrisa de niño confiado, apartándose de la realidad de ser un empleado más entre los miles que existen en la urbe de la soledad. Mas para su desgracia, el grito premonitorio de alguien que se ahoga se repite y Abel abre los ojos sobresaltado. Los escalofrios acompañan al llanto , en ese sueño como en los otros Andrea desapareció en un mar revuelto mientras el la mira mudo de terror en la orilla de la playa.

Despues de retirar las sábanas humedas del rostro recordó a aquel viejito de anteojos verdes, las ultimas preguntas, la náusea:

-Lo que tienes Abel es sensacion de dessarraigo y demasiado estrés.-

-¿Y las manos mojadas de agua salada?

-Solo transpiracion, A ver cuentame que te imaginas-

Se imaginaba ese olor salobre, antes tan agradable, ese de la época adolescente y la forma que tenia Andrea de hacerlo feliz. Todo ese tiempo la recordó, canija escuincla mcon cuerpo de azúcar que se regaba en cualquier lado pero el tiempo destruye los amores, dejando solo el recuerdo en los rincones de su casa solitaria pensaba Abel mientras ponía los pies en el suelo. Tenía que ir a resellar, formatear, a llenar miles de detestables hojas amarillas y a preparar ordenes de desahucio para los deudores. En fin tenia que ir a trabajar.

El timbre.

Hace ya meses que no sonaba el timbre, la correspondencia se recibía por debajo de la puerta.

Esta la recibió en las manos. La ciudad de su infancia en el remitente.La abrió con premura.

Resultó ser de pocas líneas, un comunicado de personas extraviadas. Preguntaba por el paradero de Andrea, quien una noche con el corazón como una cáscara vacía salio corriendo y no regreso dejando en casa a tres hijos y a un hombre que no amaba. Segun los chismes del pueblo aquella aburrida ama de casa debio haber huido con un amante ocasional, pero sin haberlo visto Abel supo que se había perdido en el mar dejándolo tan infinitamente solo como la caracola en el fondo abisal. Hubiera querido seguirla hasta esa corriente de muerte, aunque se los hubiera tragado a los dos.
El silbido de la cafetera con el agua a punto de hervir lo sacó de su ensimismamiento y en ese momento miro su reloj, floreciendole una fatigada sonrisa en el rostro, porque en unas horas más aquel docto viejecito le ayudaria a vencer sus terrores de amor.

domingo, 10 de febrero de 2008

las dos caras de la moneda...

Si me faltaran las piernas, andaría sobre los muñones, con tal de lograr llegar hasta donde la yerba crece en firme, con tal de llegar a ese lugar mágico en el que cuando los corazones se rompen en vez de morir se abren como semillas y les da por florecer.

No lo van a impedir / Amaury Pérez

No lo van a impedir la golondrinas,
ni ventanales rotos, ni lunas llenas,
ni todos los andamios, ni las hormigas,
ni flores, ni herejías, ni colmeneras.

No lo van a impedir los corre mundos,
ni los soldados, ni las primaveras,
ni aun negándolo el viento de muro en muro,
ni aun negándolo, al fin, donde se crea.

No lo van a impedir ni andén, ni esquina,
ni el temor de la virgen si obscurece,
ni el humo de las calles y llovizna,
ni el canto del verano que anochece.

No lo van ha impedir ni el falso amigo,
ni el que alimenta el cepo y la tortura,
ni el pequeño ladrón de mano fría,
ni el terrible don Juan de cara dura.

No lo van a impedir ni moralistas,
ni el indiscreto encanto del embrujo,
ni ausentes funcionarios, ni arribistas,
ni aspirantes al hacha del verdugo.

No lo van s impedir las bandoleras,
ni el letrado galán de poco vuelo,
ni inquisidores, ni aguafiestas,
ni eternos sembradores de veneno.

No lo van a impedir los enemigos,
ni atentos intimistas alabados,
ni burócratas tiernos, ni podridos,
ni herederos, ni apóstoles errados.

No lo van a impedir del valle al cielo,
ni reyes del honor, ni periodistas,
ni antiguos comediantes, ni embusteros,
ni estudiantes de leyes, ni alquimistas.

No lo van a impedir los generales,
ni adorables doncellas pervertidas,
ni apelables procesos judiciales,
ni perros, ni cometas, ni suicidas.

No lo van a impedir ni prohibidos,
ni novios convencidos y hechiceros,
no lo van a impedir las soledades
a pesar del otoño creceremos.
(1979)


Saludos a mis amigos, en especial a Agata, Ulysses, !75mara y D.I.E.G.O, agradezco con el corazon florecido cada una de sus letras.

viernes, 11 de enero de 2008

Dame alguna verdad...

LA PRESENCIA.

El frío se filtraba en la sala llena de sillas que ya sin ocupantes constataban que todo se había terminado. Los ojos rojos se habían ido dentro de las cuencas de los dolientes.

Carmen doblaba y guardaba el mantel donde se depositaron las flores, recogía los pies de vela haciendo todo el ruido posible, combatiendo esa soledad pesarosa. El silencio retrocedía asustado ante el uso enérgico de la escoba y trapeador , limpiando lo que quedó de la tierra traída por los zapatos de los asistentes. De ese lugar que sería la nueva casa de Eugenio.

Al final de la jornada ya el ruido de los grillos conjuraba el silencio que tanto temía Carmen.
La casa estaba reluciente. Los platos limpios. Los pisos brillantes. El aroma de las ceras se había ido.

Sentada en la sala Carmen se recordó siendo soltera. La casa estaba como en ese tiempo, en perfecto orden, sin nadie que dejara destapado el frasco de mermelada, nido perfecto para las hormigas en verano.

Empezó a sentir un cosquilleo en la nuca. Tal vez sería el viento se dijo.

Nadie que llegara con sus zapatos llenos de barro tras la jornada en la fábrica, tarde y dando traspiés por el cansancio prematuro.

Las baldosas del piso lucen tan estériles, tan abandonadas.

Carmen empieza a sentir que le falta el aire. Los ojos están secos como llanuras desérticas, ardientes.

Acabará llorando otra vez, con los dientes apretados.

Nadie había dejado por descuido a medio cerrar el refrigerador.

Nadie reclamará enojado por los guisos desgrasados.

Nadie derramará el café sobre la mesa y mirara hacia otro lado haciéndose el desentendido, para evitar una pelea fastidiosa.

La disnea la tenía agarrada del corazón como un perro bravo.

Nadie.

Apenas alcanza a llegar a la habitación echando bufidos. Abrió con el rostro enrojecido el ropero.

Y ahí estaba el abrigo del último día de Eugenio. Huele a grasa de motor y las mangas están renegridas a pesar de las súplicas y regaños de Carmen. Con ella se cubrió los hombros menudos
sintiendo el peso como un abrazo reconfortante.

Las horas miraron a Carmen dormir acompañada por sus recuerdos, mientras Eugenio la abrazaba también en sus sueños.
Desde ese entonces solo salía de ellos para formar parte del viento que metía el polvo a la casa, para no irse del todo.

miércoles, 2 de enero de 2008

deseo de año nuevo...

Hay gente a mi alrededor, abrazándose, permitiendose tocar a los otros, al menos por hoy somos pura alegría.

Ver gente feliz me gusta, sea por los motivos que fueren o lo que haya en sus corazones. El mio está atrapado en la incertidumbre.

Sólo pienso que la vida es frágil y preciosa.

Y mientras acabo de un sorbo el contenido de mi copa miro todas las sonrisas alrededor, algo parecido a la esperanza... deseo con todas mis fuerzas que si existan los milagros.

Para los que se aferran a la vida teniéndolo todo en contra.

Para que los que tienen tantos caminos por andar puedan escapársele a la muerte que parece haberles cerrado el paso.

Para ellos es mi deseo , que el año este lleno de milagros, que se queden con nosotros para hacernos viejos juntos.

EMBRIAGAOS

"Siempre hay que estar ebrio. Eso es todo: tal es la única cuestión.
Para no sentir el horrible fardo del Tiempo, que os quebranta los
hombros y os doblega hacia el polvo, es menester que os embriaguéis
sin tregua.
¿De qué? De vino, de poesía o de virtud, a vuestro antojo.
Pero embriagaos.
Y sí alguna vez , en las gradas de un palacio, sobre la verde hierba
de un barranco, en la sombría soledad de vuestro aposento,
os despertáis, con vuestra embriaguez ya desvanecida o disminuida,
preguntad al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj a todo lo
que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta,
a todo lo que habla, preguntad qué hora es; y el viento, la ola,
la estrella, el pájaro, el reloj, os responderán: “!Es hora de embriagarse!
Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, embriagaos; ¡sin cesar
embriagaos! De vino, de poesía o de virtud, a vuestro antojo.”
Charles Baudelaire