Para bien o para mal nada existe para siempre...
El Futuro, Julio Cortázar
Y sé muy bien que no estarás.
No estarás en la calle,
en el murmullo que brota de noche de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia los completos de los subtes,
ni en los libros prestados ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás
o en el color de un par de guantes o una blusa.
Me enojaré amor mío,sin que sea por ti,
y compraré bombones pero no para ti,
me pararé en la esquina a la que no vendrás,
y diré las palabras que se dicen
y comeré las cosas que se comen
y soñaré las cosas que se sueñan
y sé muy bien que no estarás,
ni aquí adentro, la cárcel donde aún te retengo,
ni allí fuera, este río de calles y de puentes.
No estarás para nada,no serás ni recuerdo,
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente trata de acordarse de ti.
jueves, 2 de junio de 2011
domingo, 4 de octubre de 2009
plegaria a un labrador...
nos separaban miles de kilometros y sin embargo formó parte de la época mas feliz de mi vida...
ahi estaba a los 17 rascando de mal modo una guitarra de las mas baratas, que ya desafinaba de por si, pero nada era comparable a estar ahí, en esa estancia burda y a trasluz, ese hombre frente a mi, que llevaba encima las huellas de los años y de las revoluciones, trece años mayor que yo y que sin embargo fue el amor de mi vida...
la plegaria estaba hecha para el y para mí, para la revolucion posible, para la libertad, entonada en la voz de Mercedes Sosa...
mi querida Mercedes Sosa, no puedo evitar las lagrimas una sobre otra, como si con ello pudiera evitar que el tiempo y la muerte se la llevaran, la musa de mi epoca feliz...
es increible este luto a destiempo, estos acordes que arden como parafina sobre la piel, que han desatado nuevamente mis dedos , que me pregunta el porqué del olvido de tantos años, porque por otras cosas olvido lo esencial para mí.
no pude evitar sentirlo como una perdida autentica, como una amiga que sin haberme conocido me regaló toda la belleza, todo el universo en su voz, en el momento preciso...
como se agradece eso queridos amigos, como explicarse el mar de preguntas que tengo ahora, como buscar el camino hacia ese lugar que se me perdió hace años, a lo mejor mi lunita tucumana se fué alumbrando ese maravilloso lugar.
ahi estaba a los 17 rascando de mal modo una guitarra de las mas baratas, que ya desafinaba de por si, pero nada era comparable a estar ahí, en esa estancia burda y a trasluz, ese hombre frente a mi, que llevaba encima las huellas de los años y de las revoluciones, trece años mayor que yo y que sin embargo fue el amor de mi vida...
la plegaria estaba hecha para el y para mí, para la revolucion posible, para la libertad, entonada en la voz de Mercedes Sosa...
mi querida Mercedes Sosa, no puedo evitar las lagrimas una sobre otra, como si con ello pudiera evitar que el tiempo y la muerte se la llevaran, la musa de mi epoca feliz...
es increible este luto a destiempo, estos acordes que arden como parafina sobre la piel, que han desatado nuevamente mis dedos , que me pregunta el porqué del olvido de tantos años, porque por otras cosas olvido lo esencial para mí.
no pude evitar sentirlo como una perdida autentica, como una amiga que sin haberme conocido me regaló toda la belleza, todo el universo en su voz, en el momento preciso...
como se agradece eso queridos amigos, como explicarse el mar de preguntas que tengo ahora, como buscar el camino hacia ese lugar que se me perdió hace años, a lo mejor mi lunita tucumana se fué alumbrando ese maravilloso lugar.
lunes, 2 de marzo de 2009
LA SABIDURIA DEL DOLOR ...
Cuando me vio con el corazón en la mano, sangrando a mares porque sabía que ese silencio precedia a la despedida cariñosamente me dijo al oído:
- Nunca olvides que siempre estamos solos. Es una ley natural. -
Y pude constatar que era un hombre sabio, despues de abrir los ojos supe que no se equivocaba. Estaba sola.
- Nunca olvides que siempre estamos solos. Es una ley natural. -
Y pude constatar que era un hombre sabio, despues de abrir los ojos supe que no se equivocaba. Estaba sola.
sábado, 15 de noviembre de 2008
Amor de un segundo ...
Ya decia Silvio Rodriguez, pero si vuelvo cansado, sucio de tiempo, sin para amor es que regreso del mundo, no del bosque, no del sol...
AMOR DE UN SEGUNDO
Apenas ella subió al vagon fue examinada minuciosamente por Alberto. El rojo clasico de sus labios fue el gancho perfecto. El azul de los jeans combinaba perfectamente con el cuerpo un tanto esmirriado. El rostro en óvalo perfecto tal vez un rastro de desesperación. Mira con in sistencia su reloj. Sólo bastó que ella sintiera el escrutinio de esos ojos para que levantara la mirada del tirano y de sus manecillas. Se encontraron de frente, a unos pasos tan solo, con un estremecimiento la piel, los ojos enganchados en los del otro. Todo sucedió en unos segundos.
A una velocidad inimaginable se aproximaron los dos cuerpos mezclandose, haciendose uno solo.
El accidente del tren descarrilado reportaba pocos sobrevivientes. El amasijo de cuerpos fue el testimonio de la muerte temprana de Alberto y de su amada desconocida, en una foto de la nota roja.
AMOR DE UN SEGUNDO
Apenas ella subió al vagon fue examinada minuciosamente por Alberto. El rojo clasico de sus labios fue el gancho perfecto. El azul de los jeans combinaba perfectamente con el cuerpo un tanto esmirriado. El rostro en óvalo perfecto tal vez un rastro de desesperación. Mira con in sistencia su reloj. Sólo bastó que ella sintiera el escrutinio de esos ojos para que levantara la mirada del tirano y de sus manecillas. Se encontraron de frente, a unos pasos tan solo, con un estremecimiento la piel, los ojos enganchados en los del otro. Todo sucedió en unos segundos.
A una velocidad inimaginable se aproximaron los dos cuerpos mezclandose, haciendose uno solo.
El accidente del tren descarrilado reportaba pocos sobrevivientes. El amasijo de cuerpos fue el testimonio de la muerte temprana de Alberto y de su amada desconocida, en una foto de la nota roja.
lunes, 11 de agosto de 2008
revancha...
Era muy feliz en ese entonces, encaramado en donde podia verse la luna y viviendo a bien de lo que pudiera hallarse en una ciudad grande y con tanta comida desperdiciada. Pero un día de descuido sus perseguidores lo alcanzaron y le dieron muerte.
Ahora cada mañana despierta en el cuerpo de un simio casi sin pelo, abotagado y con barriga prominente, que se calza las botas y el mono amarillo del trabajo, apresta la cuerda y es el terror de los perros callejeros del barrio , un cumplido trabajador del ayuntamiento que duerme en un cuarto sin ventanas, sin luna.
Ahora cada mañana despierta en el cuerpo de un simio casi sin pelo, abotagado y con barriga prominente, que se calza las botas y el mono amarillo del trabajo, apresta la cuerda y es el terror de los perros callejeros del barrio , un cumplido trabajador del ayuntamiento que duerme en un cuarto sin ventanas, sin luna.
jueves, 3 de julio de 2008
Crónica del deseo.
Hoy quiero pintarte de letras oscuras
llenarte de tinta carmina la piel
llenarme de tu brillo letal las pupilas
hasta que la luz me separe de tu abrazo sombrio.
Hasta que el placer como una fiera satisfecha
se agazape a dormir en mi corazon....
llenarte de tinta carmina la piel
llenarme de tu brillo letal las pupilas
hasta que la luz me separe de tu abrazo sombrio.
Hasta que el placer como una fiera satisfecha
se agazape a dormir en mi corazon....
miércoles, 2 de julio de 2008
desempolvando...
que dificiles han sido estos ultimos dias. Gracias mil Ulysses tu apoyo ha sido muy importante para mi. Y a mis queridos amigos las puertas estan abiertas, ya espero la sombra de sus pasos sobre el dintel.
LA AÑORANZA SEGUN FREUD
Es curioso observar sus movimientos durante el sueño, como si no durmiera, la sonrisa de niño confiado, apartándose de la realidad de ser un empleado más entre los miles que existen en la urbe de la soledad. Mas para su desgracia, el grito premonitorio de alguien que se ahoga se repite y Abel abre los ojos sobresaltado. Los escalofrios acompañan al llanto , en ese sueño como en los otros Andrea desapareció en un mar revuelto mientras el la mira mudo de terror en la orilla de la playa.
Despues de retirar las sábanas humedas del rostro recordó a aquel viejito de anteojos verdes, las ultimas preguntas, la náusea:
-Lo que tienes Abel es sensacion de dessarraigo y demasiado estrés.-
-¿Y las manos mojadas de agua salada?
-Solo transpiracion, A ver cuentame que te imaginas-
Se imaginaba ese olor salobre, antes tan agradable, ese de la época adolescente y la forma que tenia Andrea de hacerlo feliz. Todo ese tiempo la recordó, canija escuincla mcon cuerpo de azúcar que se regaba en cualquier lado pero el tiempo destruye los amores, dejando solo el recuerdo en los rincones de su casa solitaria pensaba Abel mientras ponía los pies en el suelo. Tenía que ir a resellar, formatear, a llenar miles de detestables hojas amarillas y a preparar ordenes de desahucio para los deudores. En fin tenia que ir a trabajar.
El timbre.
Hace ya meses que no sonaba el timbre, la correspondencia se recibía por debajo de la puerta.
Esta la recibió en las manos. La ciudad de su infancia en el remitente.La abrió con premura.
Resultó ser de pocas líneas, un comunicado de personas extraviadas. Preguntaba por el paradero de Andrea, quien una noche con el corazón como una cáscara vacía salio corriendo y no regreso dejando en casa a tres hijos y a un hombre que no amaba. Segun los chismes del pueblo aquella aburrida ama de casa debio haber huido con un amante ocasional, pero sin haberlo visto Abel supo que se había perdido en el mar dejándolo tan infinitamente solo como la caracola en el fondo abisal. Hubiera querido seguirla hasta esa corriente de muerte, aunque se los hubiera tragado a los dos.
El silbido de la cafetera con el agua a punto de hervir lo sacó de su ensimismamiento y en ese momento miro su reloj, floreciendole una fatigada sonrisa en el rostro, porque en unas horas más aquel docto viejecito le ayudaria a vencer sus terrores de amor.
LA AÑORANZA SEGUN FREUD
Es curioso observar sus movimientos durante el sueño, como si no durmiera, la sonrisa de niño confiado, apartándose de la realidad de ser un empleado más entre los miles que existen en la urbe de la soledad. Mas para su desgracia, el grito premonitorio de alguien que se ahoga se repite y Abel abre los ojos sobresaltado. Los escalofrios acompañan al llanto , en ese sueño como en los otros Andrea desapareció en un mar revuelto mientras el la mira mudo de terror en la orilla de la playa.
Despues de retirar las sábanas humedas del rostro recordó a aquel viejito de anteojos verdes, las ultimas preguntas, la náusea:
-Lo que tienes Abel es sensacion de dessarraigo y demasiado estrés.-
-¿Y las manos mojadas de agua salada?
-Solo transpiracion, A ver cuentame que te imaginas-
Se imaginaba ese olor salobre, antes tan agradable, ese de la época adolescente y la forma que tenia Andrea de hacerlo feliz. Todo ese tiempo la recordó, canija escuincla mcon cuerpo de azúcar que se regaba en cualquier lado pero el tiempo destruye los amores, dejando solo el recuerdo en los rincones de su casa solitaria pensaba Abel mientras ponía los pies en el suelo. Tenía que ir a resellar, formatear, a llenar miles de detestables hojas amarillas y a preparar ordenes de desahucio para los deudores. En fin tenia que ir a trabajar.
El timbre.
Hace ya meses que no sonaba el timbre, la correspondencia se recibía por debajo de la puerta.
Esta la recibió en las manos. La ciudad de su infancia en el remitente.La abrió con premura.
Resultó ser de pocas líneas, un comunicado de personas extraviadas. Preguntaba por el paradero de Andrea, quien una noche con el corazón como una cáscara vacía salio corriendo y no regreso dejando en casa a tres hijos y a un hombre que no amaba. Segun los chismes del pueblo aquella aburrida ama de casa debio haber huido con un amante ocasional, pero sin haberlo visto Abel supo que se había perdido en el mar dejándolo tan infinitamente solo como la caracola en el fondo abisal. Hubiera querido seguirla hasta esa corriente de muerte, aunque se los hubiera tragado a los dos.
El silbido de la cafetera con el agua a punto de hervir lo sacó de su ensimismamiento y en ese momento miro su reloj, floreciendole una fatigada sonrisa en el rostro, porque en unas horas más aquel docto viejecito le ayudaria a vencer sus terrores de amor.
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